Levantemos corazón y manos al Dios de los cielos.
Lamentaciones 3: 41
Lamentaciones 3: 41
Estas líneas que parecen tomadas de algún salmo, en realidad pertenecen al Profeta Jeremías en sus "Lamentaciones".
Las referencias históricas nos dicen que esta es una exclamación en medio del sufrimiento y el dolor del exilio del pueblo de Israel. Es muy significativo que aun en ese contexto el Profeta haga este llamado con vehemencia. Tiene fuerzas para ir con todo, corazón y manos, sentimientos y acciones, delante del Señor clamando por el perdón y esperando por su misericordia.
Me recuerda el Salmo 77 que dice:
Al Señor busqué en el día de mi angustia; alzaba a Él mis manos de noche, sin descanso; mi alma rehusaba consuelo.
El profeta al igual que el salmista y tal como lo puede hacer el día de hoy cualquier persona, se coloca frente a Dios pidiendo ayuda, mostrando sus limitaciones, con todo su arrepentimiento y con todo su dolor.
Este acto de fe se transforma en un diálogo íntimo y personal con el Señor, donde los sentimientos de abandono finalmente se transforman en esperanza y alivio.
Este acto de fe se transforma en un diálogo íntimo y personal con el Señor, donde los sentimientos de abandono finalmente se transforman en esperanza y alivio.
¡Oh Señor, levantamos hoy nuestro corazón y manos para recibir tu perdón y la bendición de tu amor!
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ BENDICIONES ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
